Cocinar en definitiva no es mi especialidad y hay un rasgo de mi personalidad que no me favorece: Soy afanada. Soy de esas que le parece increíble que unas costillas se ahumen durante 15 horas. Yo soy de las que pone la carne a fuego alto y luego me la como por no dejar, aún sabiendo que a fuego lento me hubiera quedado muchísimo mejor y esto aunque no lo parece tiene mucho que ver con la producción de podcast.
Este rasgo de mi personalidad me ha costado mucho trabajando en marketing, porque me ha llevado a buscar con más frecuencia de la que quisiera cosas como “Cómo hacer viral mi podcast” o “Cómo pasar de 1000 a 100.000 oyentes en un mes”. Lo confieso, he buscado ese tipo de cosas, como también los famosos “hacks” para mis redes, mailing, tráfico al sitio web, suscriptores, reseñas, etc.
Aunque llevamos casi 6 años haciendo podcast, fue estos últimos años (el 2020, como para variar, enseñándonos cosas) que entendí que, en definitiva, los podcasts se cocinan a fuego lento.
Lo entendí porque en cada conversación con un cliente sobre su nuevo podcasts, recibo muchas preguntas sobre “qué hacer para llegar rápido a 100.000 descargas” o veo en ellos la angustia de que el podcast no logre en el primer mes los números que tendría un video en youtube con miles de dólares en pauta. Lo cierto es que el pecado capital del podcaster es el afán: el afán para crear y el afán para esperar resultados de un show.
Hay varias razones por las que eso sucede:
- El voz a voz es clave en los podcasts, y el voz a voz real y auténtico no se puede hackear, no es cuestión de cuánto dinero le inviertes a la pauta.
- Los aprendizajes más importantes de un podcast llegan unos meses después de lanzarlo: El feedback espontáneo de la gente, el estilo que se va consolidando y entender de qué está hecha la conexión con tus oyentes. Todo esto es como en una relación de pareja, se va dando.
- Así como no te hace empresario registrar tu empresa en cámara de comercio o tener tarjetas de presentación, tampoco te hace podcaster tener un micrófono o un RSS Feed.
- La lógica de un Podcast no es la lógica de un comercial de super Bowl ni la de una serie de Netflix: el grueso de los oyentes no llega la semana del lanzamiento, llega con el tiempo.
- El “afán” en un podcast, suele ir acompañado de un afán por ver el resultado en ventas para la empresa. Si ese es el caso de ustedes, les anticipo… un podcast no acelera en el corto plazo las ventas de nadie (en realidad un podcast no acelera casi nada en el corto plazo).
A propósito del día de acción de gracias, un podcast es como un pavo al horno. Uno puede comprarse uno listo en el supermercado y re calentarlo en el horno. Si uno lo mira de primerazo, “se ve bien”, y mal no sabe, hasta que usted prueba uno de verdad, uno preparado con calma y horneado con paciencia. La diferencia no se discute porque se nota.
¿Cómo ha sido su experiencia?
PD: Hablando de obras a fuego lento, les comparto nuestro show más especial: El universo de Truora, historia de un startup